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Monseñor Juan José Asenjo tomó el sábado posesión como arzobispo coadjutor de Sevilla en una ceremonia de una belleza formal incuestionable. La expectación que el acto litúrgico había levantado en la muy novelera ciudad de Sevilla no se vio defraudada y la respuesta de fieles, infieles y mediopensionistas fue extraordinaria. Hasta vino gente de Siguenza, Guadalajara, Toledo y Córdoba, ciudades todas donde el recuerdo de Juan José Asenjo, a tenor del cariñoso entusiasmo conque le acogieron, dejó un hondo poso de afecto. Aquí en Sevilla al nuevo prelado le han recibido unos, con abierta esperanza; otros, con abierta prevención por mor de no sé que historia de las cofradías; y, también, algunos con abiertas ganas de enfrentarlo al cardenal Carlos Amigo Vallejo encuadrándolo en el sector de los obispos conservadores o, al menos, no progresistas, según la costumbre lamentable de clasificar con etiquetas falsas a cualquier persona que intente simplemente ser fiel a sus principios.